Desde los años de 1970 se ha estado hablando
de las condiciones excepcionales que tiene el país, para convertirse en uno de
los principales países exportadores de mango. En toda la geografía nacional a
menor altura de 600 msnm (en Costa Rica se siembra hasta los 800msnm), se puede
producir el mango para el mercado nacional. Para la exportación se requiere
zonas de bajas pluviometría ó pocas lluvias (600mms. a 700 mms. anuales), por
ejemplo los terrenos de bajas alturas del Sur del país y la Línea Noroeste.
Se requiere a la vez, la presencia cercana de presas o canales de riego, con la finalidad de
proporcionarles a las plantas riego por goteo o por mini-aspersores. En el Sur la presencia en abundancia de agua
sub-terránea de buena calidad para el riego (zona de azua, principalmente),
además de algunas presas que tienen esa finalidad, hacen de ésta región una
zona privilegiada para éste cultivo.
Porqué la baja pluviometría? Se debe a que la
planta de mango sufre el ataque intenso de una diversidad de hongos que hacen
muchos daños, a las hojas, a las flores y a los
frutos de ésta planta. Prevenir y controlar estas enfermedades fungosas
podría efectuarse a través de agroquímicos (fungicidas) y de prácticas
culturales, pero elevaría los costos de producción y contaminaría las frutas y
el medio ambiente.
La forma económica de tener a los hongos bajo
control, es favoreciendo en todo el sistema foliar (ramas y hojas) un ambiente
de baja humedad. Esto es lo que se logra
cuando se cultiva el mango en zonas áridas o secas y a la vez aplicando
el riego a las plantas a través de micro-aspersores ó riego por goteo, para que
en ningún momento se humedezcan las ramas y las hojas. En ese ambiente de baja
humedad en la parte foliar, los hongos permanecen en estado latente.
El país recientemente se ha involucrado en la
siembra comercial de diferentes variedades de mango, primero para abastecer la
demanda comercial nacional tanto para consumo como fruta fresca, para la
industrialización y para la exportación. La Rep. Dominicana en la actualidad
tiene sembradas más de 68,000 tareas (4,250 hectáreas) , todas ubicadas en la
región Sur, aunque potencialmente existen otras zonas con ambiente favorable,
para el desarrollo y buena productividad de ésta planta. Esa extensión sembrada
de mango, todavía es muy pequeña. El país dispone de muchas tierras que
cualifican para éste cultivo y están sin utilización. Costa Rica un país de
igual extensión territorial a la de Rep. Dominicana, tiene bajo la siembra de
mango para exportación alrededor de 150,000 tareas.
El mango (Mangifera indica) es una fruta
originaria de la India, de gran demanda en el mercado nacional y últimamente
para la exportación hacia los E. U., Canadá y los países europeos. El país
cuenta con zonas muy apropiadas para el cultivo de ésta fruta, en toda la
región Sur como se señaló anteriormente y en la “Línea Noroeste”.
La poda de fructificación es muy interesante e
imprescindible su realización en una plantación comercial, pero también tiene
igual importancia el de colocar colmenas de abejas, distribuidas en toda la
extensión de la plantación de mangos. En las flores de mangos se registra una
gran deficiencia en la polinización. También se sabe que a las abejas no le
agrada mucho ni el polen ni el néctar de las flores de ésta planta. Conociendo
el radio de acción de las abejas (1 km. y puede extenderse a 3 kms.) y además evitando tener en la
cercanía, las siembras de plantas melíferas que coincidan con la floración del
mango, vamos a lograr que las abejas visiten las flores y la polinicen. Las
abejas pueden lograr aumentar la producción de mangos en más de un 20 %, lo
cual es bastante significativo, además de la producción de miel y cera y otros
sub-productos de las abejas de gran demanda nacional e internacional.
Las variedades de mangos que se utilizan en la
exportación son: Davis Haden, Edward, Irwin, Keitt, Tommy Atkin, Palmer, Madame
Francés, etc.. El Ing. Sixto Bisonó M. S., experto en frutales de la
Universidad de Michigan, E. U., considera que la variedad que debemos
intensificar su siembra es la “Madame francés”. Esta variedad tiene una gran
aceptación en Europa y en los Estados Unidos. El tamaño de la fruta, la
coloración y el sabor dulce y agradable, hacen de esta fruta de gran aceptación
en el mercado nacional y para la exportación. El mayor productor mundial de
mangos es la India (país de origen), seguido por la China continental como el
segundo productor del mundo. El mayor importador es E. U. seguido por Holanda
que a la vez comercializa el mango en los demás países europeos.
La poda correcta de las plantas de mango,
después de la cosecha es de mucha importancia para la obtención de una
abundante floración.
Según el Dr. Thomas Davenport de la
Universidad de La Florida, E. U., las plantas de mango deben podarse desde que
se siembran en el lugar definitivo. Tiene importancia porque de ésta forma la
planta comienza a ramificarse y a desarrollarse horizontalmente y su
crecimiento vertical es más lento.
Conviene hacer podas de las yemas terminales
cada tres meses, cuando falten tres meses para la época de floración (mes de
Septiembre), se debe suspender ésta labor. La mayoría de las plantaciones
existentes en el país, requieren de podas severas la cual se debe aplicar
cuando la altura del árbol supere los cuatro metros de altura. En el país como
no se conocía la poda de éste frutal, vemos que es necesario practicar la poda
severa en casi todas las plantaciones.
Cuando el árbol tiene una gran altura o mejor
dicho cuando supera los cuatro metros, se hace difícil la cosecha, como también
cualquier cuidado cultural que se desea aplicar.
Aquellos árboles que no son muy viejos, y cuya
altura no es tan elevada, se le aplicará una poda que logre reducir la altura a
2.5 metros hasta 3.0 metros. Esa poda debe ser seguida de podas de las yemas
terminales cada tres meses, con la finalidad de parar el crecimiento vertical y
estimular la ramificación y el desarrollo horizontal. Además éstas podas cada
tres meses van a regular los flujos de forma que cuando se acerque la
floración, como señalamos al principio, no se practique la última poda, y el
próximo flujo en vez de foliar va ha ser floral (floración) y la planta va ha
tener uniformidad en toda la planta florecida. En el caso de árboles viejos muy
altos, se aconseja la poda severa o de rejuvenecimiento. Esta poda consiste en
cortar el árbol a la altura del pecho de un hombre de estatura normal (1.0
metro a 1.5 metros), haciendo un corte inclinado y colocando en la herida
pintura blanca de aceite ó una lechada de cal.
Los brotes surgirán a los pocos
días de la poda y se debe practicar lo que señalamos en el otro tipo de poda, o
sea la poda trimestral para asegurarnos de que habrá un crecimiento horizontal
y muy poco crecimiento vertical. Cuando se practica éste tipo de poda severa,
no habrá floración en ese año, por lo que se puede continuar las podas
trimestrales hasta el segundo año y tres meses antes de la floración (mes de
Septiembre), dar la última poda. Una floración uniforme y muy intensa es señal
de que se manejó bien ésta labor, la cual debe ser continuada inmediatamente
después de la cosecha, para nuevamente estimular la brotación de nuevas ramas y
mantener la planta con baja altura y con flujos uniformes. Se ha determinado
que en las podas severas, solo un 2% al 5% de las plantas de mangos podadas,
podrían secarse o morir.
Cuando hay una abundante floración pero la
cosecha no es muy buena, es una señal de que las flores no fueron polinizadas y
por lo tanto no hubo fecundación y por esa razón no hay frutos. Se observan
muchos frutos pequeños que caen diariamente al suelo, qué significa esto?. Esto
quiere decir que ese pequeño fruto no estaba fecundado, por lo tanto no podía
generar una sustancia llamada auxina (regulador de crecimiento), la cual impide
que se forme otra sustancia denominada ácido abcisico.
Al formarse ésta
sustancia (el ácido abcisico), al no estar presente la auxina en el pedúnculo
de la pequeña fruta, ésta se desprende y se cae al suelo. Esa es la razón por
la cual los productores de mango, deben tener suficiente cantidad de colmenas
de abejas bien distribuidas en toda la plantación. Las abejas buscando el polen
y el néctar de las flores de mango, para elaborar los alimentos de las crías y
la miel, llevan el polen viable al estigma de las flores que visitan y al caer
el polen en el estigma, inmediatamente comienza la formación del tubo polínico
y la fecundación del óvulo. Esa flor fecundada es la que culmina con la
formación del fruto y la semilla.
En cuanto a la poda, existen maquinarias muy
efectivas en la realización de ésta práctica
bien hecha, utilizando un reducido personal y sobre todo con gran
rapidez. Por el alto costo de estos implementos, no se recomienda su utilización
en pequeñas extensiones. Para las plantaciones existentes en el país se puede
realizar ésta práctica, con el uso de la sierra mecánica de motor, con colines,
tijeras de podar y serrucho.
En ningún momento hemos mencionado, lo que
tanto preocupa a los agricultores dominicanos sobre la influencia de la luna en
sus diferentes fases, en los árboles recién podados. En realidad no tiene
importancia y los productores no deben guiarse de la luna y sus períodos. La
intensidad de la luz de la luna es tan baja que no logra la fotosíntesis en las
hojas de las plantas. Inmediatamente termina la cosecha del mango es el mejor
período para realizar la poda y luego se continuarán realizando las podas de
las yemas terminales trimestralmente, hasta la última que debe efectuarse tres
meses antes de la floración.
La influencia de la luna en el desarrollo
vegetal, es un tema que siempre está vigente en la cultura de la ruralia
nacional. Cuando le hicimos la pregunta en el 1957 sobre la influencia de la
luna en los cultivos, al profesor de la Escuela Agrícola Salesiana ubicada en
Moca en esa época, el Ingeniero de nacionalidad italiana Rosario Pilonero fue
rápido en contestar “Científicamente está demostrado que la luna no tiene
ninguna influencia en el desarrollo y productividad vegetal”. Luego en los
estudios de M.S. en el IICA (CATIE, Turrialba, Costa Rica) formule la misma
pregunta al Doctor Ludwig Muller de nacionalidad alemana, fito/fisiólogo e
investigador, autor de varios libros sobre fisiología vegetal. Su respuesta fue
inmediata “no hay ninguna influencia, la intensidad de la luz de la luna, no
produce fotosíntesis por lo tanto no tiene importancia en la vida de las
plantas”.
En el 1974 la misma interrogante fue formulada al Dr. Eddy Álvarez
fito-fisiólogo en frutales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez.
“No existe ninguna relación de la luna, con el desarrollo y producción vegetal”.
El Dr. Álvarez un gran científico dominicano, que después de obtener su titulo
de Ph D en fisiología vegetal en los E. U., decidió quedarse en Puerto Rico,
como Profesor- investigador en la UPR recinto de Mayagüez. Tuve la oportunidad
de tomar varios cursos en la especialidad de fruticultura, con el Dr. Eddy
Alvarez.
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