Los Polders de Holanda y la agricultura en el desierto, nos deben motivar a conservar nuestros suelos.


Las terrazas agrícolas construidas en la década de 1980 en “El Convento”,  Constanza, es una muestra de la preocupación de un dominicano nacido en España, el cual con su trabajo y preocupación por la agricultura del país, lo hace más nacionalista que cualquiera de los nacidos y criados en este país.  José Roselló ha sido uno de los españoles que poblaron el valle de Constanza en los años de 1950 y con su trabajo y conocimiento sobre las hortalizas, lograron hacer de un terreno pantanoso y en ese momento improductivo, uno de los valles más fértiles y rentables que tiene el sector agropecuario nacional.

Trabajamos en el Centro Hortícola de Constanza en los años 1967-68 y pudimos comprobar que para todos los problemas que se presentaban en el cultivo de las hortalizas, la persona que siempre tenía una solución correcta era José Roselló.

Cuando el Sr. Roselló decide sembrar frutales exóticos de clima templado, había determinado que la zona de El Convento a 1,500msnm, en una latitud como la que ocupa la Rep. Dominicana (de 17 grado a 19 grado Latitud Norte), correspondía a una zona de clima Sub-tropical. Obtiene semillas de frutales exóticos (manzana, kiwi, kaki, cereza, pera, melocotón, etc.) de la zona Sub-tropical de La Florida, E. U.. Una vez terminada la construcción de todas las terrazas agrícolas, en una montaña que debe tener más de 30% de pendiente, inicia con muchos éxitos el cultivo de esos frutales exóticos, que iban a evitar la dependencia de países de clima templado, para el consumo de dichos frutales en el país.

El Sr. Roselló solo les pedía a los diferentes Gobiernos que hemos tenido, que en la época de Julio y Agosto (si mal no recuerdo), no permitieran la entrada al país de esos frutales del exterior, porque en esa fecha se podrían comercializar los producidos aqui. Eso nunca se pudo lograr y por tal motivo la reposición de esos frutales que debían hacerse a los 20 años de producción y otros a los 30 años, no se ha hecho todavía. La razón es que gran parte de la producción se pierde, al no poder comercializarla por la competencia de los frutales que vienen del exterior.

Las terrazas agrícolas construidas por el Sr. Roselló, han sido el modelo a enseñar a los futuros Ingenieros Agrónomos del país. Por tal motivo todos los años, cuando impartía docencia en una Universidad del país organizaba esa excursión, donde José Roselló compartía todo el día con los estudiantes, mostrándoles todos los detalles en la construcción de las terrazas agrícolas, para evitar la erosión y lograr la conservación del suelo en las zonas montañosas.

Los Países Bajos u Holanda se ha especializado en restarles tierras al mar, lagos y pantanos, igual que el Estado de Israel se ha caracterizado en cultivar con éxitos las arenas del desierto. Los holandeses desde el año 1000 de nuestra era cristiana, han estado preparando diques y secando los antiguos lagos y mares con los tradicionales molinos de viento.

En lo que coincide esta situación de Holanda con la República Dominicana es precisamente en que en nuestro país, se produce ese fenómeno a la inversa. Las tierras cargadas de material orgánico, ricas en nutrientes que sirven de alimentación a las plantas, son arrastradas por cañadas, arroyuelos y ríos y depositada en el mar. Solamente en la cuenca del río Ocoa se pierden a través de ese proceso unas 500 toneladas de tierra al año, según el Departamento de Tierra y Agua del Ministerio de Agricultura.

La República Dominicana no presenta las condiciones de Holanda para quitarles tierra al mar, pero si tiene que implantar en toda la geografía nacional, un sistema de transferencia tecnológica que muestre la forma correcta en que el agricultor debe cultivar las tierras empinadas o con inclinación de más de 2%, que impida que se produzca el arrastre de las partículas y nutrientes del terreno.
Holanda es un país más pequeño  que Rep. Dominicana, contando con una población de 17 millones de habitantes (casi el doble de la población del país), en una extensión territorial de 41, 543 km2. Sin embargo, se considera un país de un gran desarrollo, teniendo un ingreso per-cápita de $US41,400.00.

Además de producir los alimentos de su intensa población (la densidad poblacional es una de las más altas del mundo, 406 personas /km2.), Holanda exporta flores, leche, queso y otros alimentos a diversas naciones del mundo.

Los países bajos u Holanda, comenzaron haciendo diques y dunas con la única finalidad de evitar que su territorio fuera sumergido en el mar. La estrategia utilizada, era defender las zonas bajas del país, de las inundaciones que ocasionaba el tormentoso mar del Norte. Con el crecimiento poblacional y la urgente necesidad de proporcionar alimentos y otros requerimientos a sus pobladores, el país se vio obligado a cambiar de estrategia, para lo cual pasó a la ofensiva creando los llamados polders.

Con estos polders, Holanda a través de los años ha incorporado más de 12 millones de tareas, es decir el 27% de su superficie, con fines agrícolas y en menor grado urbanísticos y recreativos. Esa extensión es igual a la mitad del área agrícola que dispone la Rep. Dominicana (22 millones de tareas). La técnica utilizada para la creación de un polders consiste en primero, construir un dique que separe el mar de la parte que se desea incorporar al país. Una vez construido ese dique, la siguiente fase es el secado o drenado de esa parte inundada de agua, para lo cual se utilizan diversos medios. Hasta hace relativamente pocos años se utilizaban los molinos de viento, los cuales han llegado a ser un símbolo que identifica al país. Últimamente las bombas con motores de gasolina, diesel o eléctrica, han sustituido en parte a los tradicionales molinos. La operación de construir el dique y el drenado de las tierras, aún empleando las innovaciones de la época, toma alrededor de 7 a 8 años.

Cuando desaparece el agua sale a relucir la tierra y la arena que componen el lecho del mar el cual está entre 1 metro y 4.5 metros bajo el nivel del mar. El siguiente paso utilizado es el de distribuir semillas de carrizo (Ammopheta arenaria), planta que absorbe el agua salada. Luego del carrizo se siembra el junco por toda la extensión, para lo cual se utilizan avionetas. Las plantas de juncos ayudan a desecar más rápidamente el terreno en formación, y luego al incorporarse a través del arado, le proporcionan material orgánico y consistencia al suelo. El lavado del suelo con agua exenta de salinidad, es tarea que debe realizarse intensamente hasta que el suelo tenga su grado de sal por debajo de 3,000 a 5,000 ppm ( 2 mmho a 3 mmho de conductividad eléctrica, en la actualidad se expresa en ds/m).

Después de la incorporación vegetal, el terreno se enriquece de vida microbiana, imprescindible para el buen desarrollo de los cultivos. Además los compuestos vegetales interpuestos en las partículas del terreno favorecen la circulación del aire y la evaporación de la humedad que aún queda en ese terreno. El siguiente paso es la siembra de un cultivo apropiado para ese suelo todavía con muchas limitaciones. Se ha demostrado que el cultivo de la col es el ideal en ésta etapa de la preparación del polders. Pero antes de la siembra hay que arar,  rastrillar, preparar canales de drenajes y construir una red de caminos. Después de cosechada la col se siembra trigo de invierno, cebada de verano y avena. Se puede garantizar que el terreno en ésta etapa es comerciable y comienzan los arrendamientos a productores particulares para siembra de lino, guisantes y otros cultivos. Desde la siembra de la col como cultivo inicial, hasta que el Gobierno entrega las tierras a particulares, toma un período de 5 años, más el tiempo que tomó inicialmente en preparar los diques y la desecación del terreno, suman un mínimo de 8 años.

El caso de Holanda, como también el de Israel y Taiwan nos enseñan muchas cosas. En primer lugar que nuestra densidad poblacional está relativamente baja ( 213 hab./km2), si la comparamos con cualquiera de esos países. Taiwan tiene una densidad poblacional de 647 hab./km2, Israel 376 hab./km2 y el caso extremo de Singapur 6,802 hab./km2.
La otra enseñanza es que no necesitamos  robarles tierra ni al mar ni al desierto (que todavía no tenemos), sino mas bien evitar que nuestras tierras nos la quiten ambos, a través de ese proceso natural que se conoce como erosión.

El país necesita hoy más que nunca para hacer frente a la baja productividad, a las pérdidas del suelo, y a la competitividad de un mundo globalizado, que se fortalezcan dos Departamentos del Ministerio de Agricultura. Esos Departamentos son Extensión Agrícola (rediseñarlo de nuevo y aunque cueste políticamente, darle autonomía y a la vez asociarlo con la Universidad del Estado ó con Universidades privadas que dispongan de Facultad de Agronomía) y el Dpto. de Investigación ( IDIAF con mayor apoyo económico y también asociado a Universidades del país).

Sin la Investigación no podríamos disponer de las técnicas para incrementar la producción y para enfrentar los diferentes problemas que se presentan en la agropecuaria y sin la Extensión esas técnicas se quedarían en los archivos y no llegarían al agricultor dominicano. Ambos son Departamentos esenciales en el desarrollo agropecuario nacional. Hasta el momento ninguna Institución ligada al sector agropecuario, ha mostrado preocupación por la conservación de los suelos agrícolas del país.

A excepción del CONIAF, que a través de su Director ha hecho en varias ocasiones, señalamientos sobre la importancia de evitar la erosión y el empobrecimiento de los suelos agrícolas del país. También la Regional Norte de Agricultura con sede en Santiago, está realizando demostraciones sobre la preparación de curvas de nivel con el caballete, en las zonas montañosas de San José de Las Matas, Baitoa, Palo Alto, Jacagua, etc. Las demostraciones van acompañadas de charlas sobre los diferentes métodos de evitar la erosión y sobre la implantación de cada agricultor de una rotación de cultivos bien orientada.
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