Producción de leche y carne requiere de tecnología.

Para lograr producir lo que consume la población dominicana de leche y la carne que se requiere para la exportación, se necesita de la aplicación de tecnología, sea ésta muy sofisticada o técnicas sencillas y fáciles de aplicar. Comenzando con las técnicas sencillas, los ganaderos deben identificarse con la ecología nacional, para lo cual deben tener sus áreas de pastoreo sembradas de árboles leguminosos. Estos árboles les proporcionan a los animales sombras y además enriquecen el suelo en nitrógeno, lo cual favorece al pastos que se desarrolla en su área de influencia, produciendo un pasto mas frondoso y rico en proteínas.


La finca ganadera situada a la salida de San Victor, Moca, hacia Jamao, es un buen ejemplo de que la foresta y la ganadería pueden convivir y dar buenos resultados. Los animales comen a la sombra un pastos mas nutritivo y de mejor calidad, proporcionado por la influencia del saman, árbol leguminoso (Mimosaceae). Otro ejemplo es la finca ganadera situada en Imbert, Puerto Plata, en éste caso está arbolada con Flamboyan que es otra leguminosa (Caesalpiniaceae). Las plantas leguminosas tienen en su sistema radicular nódulos, los cuales son colonias de bacterias que extraen el nitrógeno del aire del suelo y se los ceden a la planta. Las plantas leguminosas a su vez le proporcionan a las bacterias hidratos de carbono, para su alimentación.


Otra planta (árbol) leguminosa que los ganaderos deben sembrar en sus potreros, es la leucaena del tipo “Salvadoreño”. Este árbol tiene la ventaja de que además de ser leguminoso, sus hojas y ramas son muy apetecidas por el ganado vacuno y además tienen un altísimo porcentaje en proteínas.
En cuanto al mejoramiento genético de los animales, no estamos aprovechando al máximo las últimas técnicas (no tan reciente, en E. U. y otros países se está utilizando desde la década del 1960) como por ejemplo el trasplante de embriones. Me refiero específicamente al trasplante de embriones completo. No es el caso de traer embriones de E. U. o de Europa e implantarlos en el útero de vacas en celo. La técnica tendrá sus resultados positivos, pero hay que tener presente que faltaría algo muy importante y es saber si ese animal que nacerá de ese embrión, tendrá la resistencia al medio ambiente y como será su productividad y desarrollo en ese nuevo hábitat.


Todo ganadero que lleva bien las estadísticas de cada animal, sabe que en el ganado criollo y en el ganado de raza o de cruzamiento, hay animales que se destacan ya sea en la producción de leche o de carne. No existía hasta hace poco tiempo, como señalamos anteriormente, la forma de multiplicar masivamente una vaca de alta producción de leche ó de carne y a la vez de buena resistencia al medio ambiente. Tenía que conformarse el ganadero, con obtener de esa vaca 8 crías en nuestra ganadería sub-desarrollada y con 4 crías en aquellos países de ganadería moderna. Sin embargo, aplicando la técnica del trasplante de embriones a esa vaca ecepcional se pueden lograr al año de 18 a 30 becerros, multiplicado por 8 años obtendríamos unos 144 a 240 becerros. En países de ganadería desarrolladas tendríamos que multiplicar por 4 años que es el promedio de duración de las vacas sometidas a varios ordeños diarios.
La reproducción masiva de las características positivas que un toro transmite a su descendencia, se logra de forma natural, obteniéndose al año cerca de 100 crías.Sin embargo desde principio de siglo, se ha aprovechado de forma muy eficiente la producción de abundante esperma que el toro emite en cada eyaculación. Se ha determinado que para fecundar una vaca se requieren 10 millones de espermatozoides.
La producción de cada eyaculación está en alrededor de 10,000 millones de espermatozoides, en otras palabras con lo que se fecunda una vaca de forma natural, se podrían fecundar teóricamente 1,000 vacas con igual o mejor resultado. Al año un toro utilizando la inseminación artificial, produciría esperma para fecundar decenas y centenas de miles de vacas.En el país se ha estado utilizando la inseminación artificial desde los años 50 y se debe intensificar su uso, porque ésta es una forma eficiente de mejorar la ganadería nacional.

Qué se logra con la puesta en práctica de la técnica del trasplante de embriones?
Simplemente multiplicar de forma masiva, aquellas vacas que muestren condiciones ecepcionales, como señalamos anteriormente en relación a la producción de leche o de carne. En vez de obtener una cría al año, se obtendrán de 18 a 30, con la ventaja de poder seleccionar aquellos embriones que producirán hembras y los machos eliminarlos en caso que no se deseen. Una vaca no debe someterse a mas de tres tratamientos de superovulación al año.

Lo primero que se debe lograr en la aplicación de esta técnica, es la proliferación de óvulos en la vaca que se quiere multiplicar. Las vacas lecheras en las cuales se llevan registros, se le debe aplicar a los 8 a 12 días de su ciclo estral, la hormona folículo estimulante (FSH). El nombre comercial en E. U. es SuperOf, Ovagen en Nueva Zelanda, Vetrapharm en Cánada, aplicado éste producto dos veces al día durante 4-5 días. Además se debe aplicar en las vacas donantes y en las que servirán de receptoras, prostaglandinas (PGF2alpha), con la finalidad de sincronizar su ciclo estral.

El siguiente paso es fertilizar los 6 a 10 óvulos que se han logrado producir en cada vaca donadora, que como se indicó anteriormente, solo se producía uno en cada ciclo estral. El día que esa vaca superovulada muestre señales de celo, lo cual se reconoce fácilmente, se aplica una doble ampolleta de semen en la inseminación artificial. Esto se hace a las 4-6 horas después de las señales del celo, y se repite a las 10-12 horas. En el caso de utilizar la fecundación natural a travéz del toro, se recomienda colocarlo junto a la vaca donadora de una vez que se observa el estro y se continua cada 8 horas, dejándolo junto a la vaca durante 10 minutos, hasta que ella no sea receptiva.

El siguiente paso es la recolección de los óvulos fecundados, los cuales están alojados en el útero de la vaca. Para esto se hace un lavado a los 6-8 días después de la inseminación, con sal isotónica o suero, al tiempo que se le hace un masaje al útero con la mano introducida a través del recto, y se vacía todo ese componente líquido con los óvulos incorporados, en un recipiente con un filtro especial. En la extracción de los óvulos se utilizan diferentes tipos de catetes, hemos utilizados el denominado “Foley” y vemos que con éste se facilita la operación.


En el laboratorio se colocan los óvulos en pajillas y se procede a transferirlos a las vacas nodrizas. Esta operación es muy semejante a la inseminación artificial. El óvulo se debe introducir en el cuerpo del útero de la vaca receptora. Lo importante en éste paso, es que la vaca que recibe el embrión fertilizado esté en igual estado hormonal que la vaca donante, esto previamente se ha logrado a través de la aplicación de prostaglandina.
Con ésta técnica se puede determinar el sexo de la cría que se va ha obtener. Si el ganadero desea producir crías hembras solamente, tendrá que pagar un poco mas y aceptar que tendrá un 10 porciento menos de eficiencia.

Hasta el momento, no se ha logrado superar el 60 porciento de eficiencia en la aplicación de ésta tecnología. Con todas las dificultades que pueda tener la aplicación de ésta innovación, ha tenido una masiva utilización en todos los países de ganaderías desarrolladas del mundo. En Taiwan (China nacionalista, es uno de los países líderes en ésta tecnología), como también en otros países, además de aplicar ésta técnica en las vacas, la están usando con muchos éxitos en cerdas, ovejas y cabras. Con el trasplante de embriones se podría producir hasta 30 becerros de una vaca al año, en vez de uno como lo hace de forma natural. En cerdas se pueden obtener 82 cerditos en vez de 20 por cada puerca madre.
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