El Limón, Villa González, se ha convertido en la “zona franca rural” del país.

La comunidad de “El Limón” del municipio de Villa González, se ha convertido en la actualidad en una de las pocas zonas tabacaleras del país, que le proporciona trabajo a sus moradores durante prácticamente todo el año. Todo esto se ha logrado, en base al cultivo del tabaco y al valor agregado que sus cultivadores les han añadido, antes de su mercadeo.

En años anteriores y también en el presente, los agricultores recibían y reciben, todo el asesoramiento técnico para cultivar ésta aromática hoja, a través de los técnicos del INTABACO desde la preparación del terreno donde se va ha sembrar, hasta la cosecha y el secado de las hojas en ranchos. En estos momentos los agricultores conocen toda esa tecnología, y la ponen en práctica y como es lógico obtienen muy buenos resultados.

Por un período mayor de 50 años, se ha estado realizando ésta labor de enseñanza-aprendizaje del cultivo del tabaco con los productores y ahora corresponde la enseñanza de un aspecto importante de la agricultura moderna, que es agregarle valor a lo cosechado. El Ing. Bernardo Salas técnico de la zona, del INTABACO además de brindar el asesoramiento debido en el cultivo del tabaco, también se ha preocupado en estimular a los productores en agregarle valor a su producción. Cuando el agricultor vende su cosecha una vez secado el tabaco en ranchos, las industrias no pueden utilizar esa materia prima en esas condiciones. Requieren de un proceso el cual durante décadas, era realizado en las industrias instaladas en las ciudades y en las zonas francas de algunas ciudades del país.

Esta actividad industrial genera millares de empleos, lo cual atrae a la mano de obra rural obligándola ha abandonar su lugar de origen y adaptarse a un nuevo ambiente. Esto definitivamente les crea innumerables problemas a las autoridades urbanas y también les crea problemas a los productores rurales, que no encuentran mano de obra rural local para los trabajos agrícolas y tienen que buscarlas en otras comunidades ó aceptar la mano de obra extranjera.

Los emigrantes rurales también padecen innumerables problemas con el cambio de ambiente, al tener que adaptarse a un medio desconocido, donde prevalece la delincuencia, la inmoralidad, el hacinamiento, etc..Lo que se observa en todos o casi todos los hogares de la comunidad de “El Limón” es la integración de la familia rural juntos a vecinos del lugar, al trabajo de clasificación, fermentación (eliminación de la humedad de las hojas del tabaco), despalillado, prensado y empacado del tabaco. En algunas viviendas se observa hasta más de 20 personas trabajando, en el valor agregado al tabaco.

El productor Miguel Jiménez expresa, que él produce su propio tabaco y también compra a agricultores del lugar y realiza en su propio hogar, todas las labores que envuelve el agregarle valor a su cosecha. Desde la clasificación, fermentación, despalille, prensado y empacado, es realizado en su hogar y las empresas industriales, van a su propia comunidad a comprarlo. El año pasado para hacer las últimas labores (el prensado y empaque) tenía que trasladar su tabaco a Villa González. Con la adquisición de la máquina de prensado que compró recientemente, podrá realizar todas las faenas que envuelve ésta labor post cosecha y a la vez darles ese servicio a todos los tabacaleros de la comunidad. La máquina le costó unos $50,000.00 y espera en poco tiempo saldar esa inversión. Además de las ganancias económicas que ésta inversión les proporciona, siente una gran satisfacción de favorecer a sus vecinos y compañeros tabacaleros, con el servicio que les presta en el prensado y empacado de sus cosechas.

Para lograr que todos los productores tabacaleros (los pequeños, medianos y grandes productores) puedan aplicar éste valor agregado al tabaco, se requiere de financiamiento. Ese financiamiento debe abarcar desde el cultivo, hasta la fase final que sería las labores propias de agregar valor a la producción. De no prestarle atención a esto, el agricultor desesperado porque no tiene recursos para pagar las labores de desyerbo, deschuponado, recogida de las hojas, fertilización, control de plagas, etc., acude al prestamista ó al “Comin” el cual le exige pagar con la cosecha, a un precio previamente fijado, donde el productor prácticamente se la regala, a los que les han prestado el dinero.

En recorrido hecho por todas las zonas tabacaleras del país, se ha podido comprobar que en cuanto a tecnología del cultivo, el INTABACO en esos 50 años de existencia, ha cumplido con la tarea de llevarles conocimientos técnicos al agricultor, y estos han asimilado y puesto en práctica estos conocimientos. Lo que falta en adelante, es continuar con la enseñanza e investigación de éste cultivo y hacer énfasis en agregarle valor a la cosecha de los agricultores. Por ésta razón, aunque hay precedente de unos 25 a 30 años atrás en la zona de: Guayabal, Santiago, en Villa González, La Guamita, Cotuí, La Penda, La Vega y el Cayal de Villa Vasquez, sobre el proceso de clasificación, fermentación, despalille, prensado y empaque del tabaco, sin embargo experiencias reciente de los tabacaleros de San Francisco de Jacagua y de El Limón, Villa González, se deben tener muy en cuenta.

Con el propósito de que todos los agricultores tabacaleros adopten el agregarle valor a su producción de tabaco, se le deben dar todas las facilidades para que esto sea una realidad y que el productor sea quien reciba las mejores ganancias en éste cultivo. También en todos los demás cultivos que desarrolla, como se sabe con gran esfuerzo, muchos sacrificios y muchos riesgos, es necesario velar para que sea bien remunerado por su trascendental trabajo.

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